La
campaña de DOVE Por la belleza real tuvo en su lanzamiento un éxito
rotundo (a pesar de que este éxito fue bastante efímero). El concepto
entorno al cuál giraba toda la campaña era brillante, pues defendía una
percepción de la mujer que no había sido contemplada en toda la historia
de la publicidad. Por primera vez se promovía, desde una marca de
cosméticos como es DOVE, la necesidad de sentirse bello sin dejarse
llevar por los cánones establecidos por la televisión y la publicidad.
En esta campaña concretamente se realiza una auto-crítica a la
publicidad de cosméticos: a las frases que se dicen, a las modelos
fotografiadas, a la concepción de mujer que se desprende en los
anuncios. Este tipo de publicidad que DOVE critica duramente en su
campaña es la razón principal de que chicas, menores y mayores de edad,
se obsesionen con la figura y con lo que puede y no puede gustar de
ella.
Creo que es muy positivo que desde la publicidad se
intenten cambiar actitudes negativas, como es el hecho de no quererse a
uno mismo tal y como se es. Me parece además interesantísimo que este
movimiento se haga desde una marca de cosméticos, debido a que es
precisamente este sector el que más defiende la necesidad de poseer un
cuerpo que encaje perfectamente con lo que es considerado
convencionalmente bello o atractivo y la posibilidad de conseguirlo
consumiendo sus productos.
Ahora bien, ¿de qué sirve que una
marca lance un mensaje si después otras veinte marcas lanzan su mensaje
en una dirección totalmente contraria? Entonces, en el caso de esta
campaña, DOVE consiguió despertar una concepción de la mujer que no era
extendida de manera masiva a través de la publicidad y con ello,
posicionarse; pero el resto de marcas de productos cosméticos rompen
constantemente esta idea y vuelven al esquema aceptado socialmente (y
que no debería serlo) del tipo de belleza que se proyecta en opis,
películas americanas y revistas porno.
-ISA NADAL-
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