<< I no oblideu mai que si ens aixequem ben d’hora, però ben d’hora ben d’hora ben d’hora, i no hi han retrets, no hi han excuses i ens posem a pencar som un país imparable, creieu-me que som imparables. >> Josep Guardiola
No hace ni un año que escuché estas palabras de Josep Guardiola, el día 8 de Setiembre del 2011, en su discurso tras ser galardonado con la medalla de oro del Parlament de Catalunya. Recuerdo que estaba en casa con mi familia viendo la televisión pública catalana y a medida que iba escuchando su discurso cada vez más se me iba poniendo el vello de punta. Me emocioné con cada una de sus palabras, y el climax llegó al escuchar sus últimas frases, su última cita en el discurso, porque lo que empezó siendo un discurso, en menos de un año ha pasado a ser una cita célebre para cada uno de los catalanes que hemos visto o escuchado este discurso.
Josep Guardiola agradecía enormemente que hubieran pensado en él para darle este premio, pero su discurso no se centró en el FCBarcelona, sino que se centró en su profesión, en su pasión y en su vida. Oír su discurso es necesario para cualquiera porque te transmite las ganas de amar tu profesión, que no sabes de dónde te habrá venido la pasión por ella porque nadie antes de tu alrededor te la había inculcado, pero es una pasión que va dentro de cada individuo y se debe vivir como tal.
En su discurso Guardiola indirectamente nos alienta a amar nuestra profesión, ya que es algo a lo que nos dedicaremos toda la vida, y debemos hacerlo con gran motivación. Este hecho fue el que me emocionó, que a pesar de que estuviera hablando de su propia experiencia nos alentaba a cada uno de nosotros en cierto modo a amar lo que hacemos y a dedicarnos con mucho esfuerzo. Habló también de que no había excusas ni reproches, que nuestro trabajo dependía de nosotros mismos, y que somos nosotros quiénes con esfuerzo deberíamos llevarlo a cabo.
Fue ya en sus últimas palabras, las que todos hemos adoptado como cita, en que para acabar se dirigió directamente a todos los catalanes, y lo que al principio parecía un discurso que indirectamente podríamos aplicar a nuestras vidas y nuestras profesiones pasó a ser un mensaje muy personal. Finalmente nos dijo que si nos levantamos muy temprano y trabajamos duro, sin ningún tipo de excusas ni reproches seremos un país imparable. En ese momento, que a pesar de que todavía la crisis no tuviera la magnitud que tiene actualmente, nos dio fuerzas para creer en esa esperanza de que la situación puede cambiar, pero que debemos ser nosotros mismos quiénes propiciemos este progreso positivo con nuestro trabajo día a día. En ese momento fue un gran mensaje, un gran discurso, una gran cita, que hizo que la mentalidad de los catalanes se abriera a esa ventana para mirar al futuro con optimismo y creer en nosotros mismos y nuestras capacidades, y este mensaje sigue latente hoy en día.
En conclusión, está claro que no tiene el mismo efecto estas palabras en alguien anónimo o en alguien conocido que no tiene su mismo reconocimiento. Pero dichas por Guardiola, una persona que con esfuerzo y poniéndole toda la pasión posible a su profesión, ha logrado ser el mejor y a su vez ganar todos los títulos posibles con el FCBarcelona (algo inédito en la historia del fútbol) nos alienta aún más. Es así ya que tenemos el ejemplo de que es posible, que con esfuerzo y dedicación se puede lograr todo lo que te propongas en la vida, y espero que además de habernos calado de manera muy profunda y positiva, en un futuro se vea el resultado.
-IRENE PARÍS-
No hace ni un año que escuché estas palabras de Josep Guardiola, el día 8 de Setiembre del 2011, en su discurso tras ser galardonado con la medalla de oro del Parlament de Catalunya. Recuerdo que estaba en casa con mi familia viendo la televisión pública catalana y a medida que iba escuchando su discurso cada vez más se me iba poniendo el vello de punta. Me emocioné con cada una de sus palabras, y el climax llegó al escuchar sus últimas frases, su última cita en el discurso, porque lo que empezó siendo un discurso, en menos de un año ha pasado a ser una cita célebre para cada uno de los catalanes que hemos visto o escuchado este discurso.
Josep Guardiola agradecía enormemente que hubieran pensado en él para darle este premio, pero su discurso no se centró en el FCBarcelona, sino que se centró en su profesión, en su pasión y en su vida. Oír su discurso es necesario para cualquiera porque te transmite las ganas de amar tu profesión, que no sabes de dónde te habrá venido la pasión por ella porque nadie antes de tu alrededor te la había inculcado, pero es una pasión que va dentro de cada individuo y se debe vivir como tal.
En su discurso Guardiola indirectamente nos alienta a amar nuestra profesión, ya que es algo a lo que nos dedicaremos toda la vida, y debemos hacerlo con gran motivación. Este hecho fue el que me emocionó, que a pesar de que estuviera hablando de su propia experiencia nos alentaba a cada uno de nosotros en cierto modo a amar lo que hacemos y a dedicarnos con mucho esfuerzo. Habló también de que no había excusas ni reproches, que nuestro trabajo dependía de nosotros mismos, y que somos nosotros quiénes con esfuerzo deberíamos llevarlo a cabo.
Fue ya en sus últimas palabras, las que todos hemos adoptado como cita, en que para acabar se dirigió directamente a todos los catalanes, y lo que al principio parecía un discurso que indirectamente podríamos aplicar a nuestras vidas y nuestras profesiones pasó a ser un mensaje muy personal. Finalmente nos dijo que si nos levantamos muy temprano y trabajamos duro, sin ningún tipo de excusas ni reproches seremos un país imparable. En ese momento, que a pesar de que todavía la crisis no tuviera la magnitud que tiene actualmente, nos dio fuerzas para creer en esa esperanza de que la situación puede cambiar, pero que debemos ser nosotros mismos quiénes propiciemos este progreso positivo con nuestro trabajo día a día. En ese momento fue un gran mensaje, un gran discurso, una gran cita, que hizo que la mentalidad de los catalanes se abriera a esa ventana para mirar al futuro con optimismo y creer en nosotros mismos y nuestras capacidades, y este mensaje sigue latente hoy en día.
En conclusión, está claro que no tiene el mismo efecto estas palabras en alguien anónimo o en alguien conocido que no tiene su mismo reconocimiento. Pero dichas por Guardiola, una persona que con esfuerzo y poniéndole toda la pasión posible a su profesión, ha logrado ser el mejor y a su vez ganar todos los títulos posibles con el FCBarcelona (algo inédito en la historia del fútbol) nos alienta aún más. Es así ya que tenemos el ejemplo de que es posible, que con esfuerzo y dedicación se puede lograr todo lo que te propongas en la vida, y espero que además de habernos calado de manera muy profunda y positiva, en un futuro se vea el resultado.
-IRENE PARÍS-
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